Los pies son tu base, tu fundamento y al igual que ninguna casa empieza a construirse desde el techo, tu tampoco debes avanzar en la construcción de ti misma hasta que tu base sea lo suficientemente firme y estable como para sostenerte y no resquebrajarse ante los posibles sismos que habrás de vivir. Tus pies son la zona de tu cuerpo que te permite entrar en contacto directo con la tierra, o sea con la realidad, con tu entorno. Son tu toma de tierra corporal. Si el contacto es bueno permanecerás anclada en la realidad, facilitando que a través de ellos poseas una vía de evacuación del estrés fuera de tu cuerpo (permitirá que descargues la energía sobrante que podría ocasionar una quema de tus circuitos), preservando tu salud física y psíquica. Un cuerpo saludable es un cuerpo en equilibrio donde cada una de sus partes baila armonizada con la música de fondo. Al fijarnos en nuestros pies empezamos a tomar conciencia del lugar donde estamos situados. Somos de la tierra y nuestro cuerpo forma parte de ella, porque es materia densa. Podemos entonces empezar a sentir esta conexión. Comenzamos a oír la música, la frecuencia de la tierra y a vibrar con ella.
Tus pies te conectan con el suelo y si equilibras tu peso entre ambos, entonces puedes descansar en ti misma, porque estás en el centro. Con cada paso que das renuevas el contacto y la conexión con la tierra, con la materia, con la Madre. Con cada paso masajeas todos los órganos de tu cuerpo. Porque cada órgano está representado en algún punto de tu pie. Y por eso es tan importante caminar descalzo, para que puedas conocer y sentir el lugar que pisas, llenarte completamente con la fuerza de la tierra. Usa tus pies para sellar el suelo con tu huella, suavemente pero con seguridad y confianza. Deja que tus pies sonrían y disfruten de tu creatividad. Cuando caminamos muchos de nosotros miramos al suelo primero. Trata de hacerlo de otro modo, provoca un cambio. Siente el camino primero con los dedos y luego con la planta de tus pies. Observa como tus caderas ( parte del sistema de amortiguación de tu cuerpo) están más alerta, como tu caja torácica se ensancha y como percibes las sensación de cada curva, haciéndote cada vez más consciente de cada cambio en la superficie de la tierra. Tu cuerpo te agradecerá esta nueva inspiración y te lo demostrará ampliando su capacidad de atención.
Cuando te sientas cansada, te pese la cabeza y creas que la conexión con tu cuerpo se ha roto, siéntate y dale un masaje a tus pies. Toma un poco de aceite esencia y frótalo en ellos. Cierra los ojos y siente cada presión y cada eco que el contacto de tus manos hagan resonar en tu cuerpo. Dedícale tiempo a tus pies, colócate una música que te guste y te relaje y disfruta. Después de este masaje los pies podrán desplazarse sobre el suelo de una manera más sensitiva y estimulante. Jamás permitas que tus pies sean partes de tu cuerpo ajenas a ti, reconcíliate con ellos, ellos son tu base así como tus piernas tus pilares y si tus pies están lastimados con el paso del tiempo o se han ido deformando por lastimarlos con zapatos incorrectos o simplemente, porque han ido cambiando, no los ocultes, son testimonio del camino transitado sin conocerlos realmente, sin valorarlos como tal, sin respetarlo como tu Base, tu conexión con la Tierra.
“AMA A TUS PIES COMO A TI MISMA”
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Danza del Vientre Terapéutica
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